La emoción de perseguir ideas

Pero en un principio no estaba destinado a esto. Al principio, iba para fabricante de velas náuticas. Y debía usar las manos. Pero en el camino, su profesor de matemáticas le dijo que fuera a un instituto técnico, un camino que no había considerado. Aun así, fue. Y allí fue donde un ordenador le cambió la vida. Un subidón instantáneo. Y amor a primera vista.

En la actualidad, Michael es desarrollador de software sénior. Es el cofundador. Pionero desde el principio, desempeñó un papel fundamental en la creación de XCI. Como tal, comprende la euforia de perseguir una idea prometedora. Mientras otros se limitan a soñar, él se lanza a la piscina. Y pone todo a prueba. Lo bueno. Lo malo. Lo aparentemente imposible. Pero no se amilana. De hecho, esto le inspira.

Para Michael, la flotación se xpande a su vida personal. Tras disfrutar de la emoción de perseguir ideas, encuentra la paz en la navegación. Y para él, es pura alegría. En el barco, lo importante es sentir el viento. Dejar que los pensamientos se desvanezcan. Y conectar con los elementos.

«En el agua, la intuición lo es todo. Tienes que sentir el viento. No puede explicarse o enseñarse con palabras. Hay que sentirlo. Y cuando tienes esa chispa, sabes lo que tienes que hacer».
La vela le sirve de vía de escape. En el agua, no hay reglas. No hay directrices. Todo consiste en percibir. Las sensaciones. Y mentalmente, solo hay espacio para navegar. No hay trabajo. No hay ideas.

«Lo que hago en el trabajo y lo que hago en el barco no se pueden comparar. Cuando estoy navegando, solo pienso en navegar. Y cuando vuelvo a tierra firme, de repente tengo espacio para un montón de ideas y locuras nuevas».